¿A qué no parece el mismo?

Me he hecho el firme propósito de no empezar ninguna nueva labor ni apuntarme a ningún nuevo SAL hasta que vacíe mi cajón de proyectos a medio hacer, que no sé qué le pasa pero no para de crecer (bueno, sí lo sé). En él hay de todo. Desde SAL abandonados hasta kits de punto de cruz que compro o me regalan y se quedan ahí, a la espera. Pero lo que más pena me dio este fin de semana al abrirlo fue ver los cuadros que ya había terminado y se habían quedado ahí, a la espera de la plancha. Y ellos ahí calladitos, sabiendo lo que aborrezco planchar, sin protestar, sin decir que estarían mucho mejor enmarcados y colgados. Así que ayer me puse manos a la obra con el primero, The Midnight Watch de Blackbird Design, y aquí lo tenéis. Listo para llevarlo a la tienda de marcos.

Hay qué ver cómo cambia una vez lavado, planchado y almidonado. Y entonces me hice otro propósito, no subir al blog ninguna labor terminada sin que esté planchadita y presentable. Éste también me costará cumplirlo porque, como ya dije, odio la plancha y además soy muy impaciente.

Éste es el revés de la labor. Hasta ahora no había enseñado ninguna porque me da un poco de vergüenza. Sé que se puede mejorar y estoy trabajando en ello pero tengo muchos vicios adquiridos desde el principio.